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Dibujos animados para niños (drama) (tragedia)

 

 

niño llorando en un retrato como de pintura
El llanto del niño llorón

Drama en los dibujos animados para niños 

La tragedia y el drama están presentes desde la niñez en los contenidos como dibujos animados que ven muchos niños en épocas modernas.

Bueno, realmente no sé si aún ese tipo de contenido sigue imperando en el cine y la televisión porque desde hace mucho no me detengo a ver programas para niños. Entiendo que hasta no hace tanto seguía siendo parte de la programación para adolescentes.

En mi caso particular, no recuerdo la edad, podían ser cuatro o cinco años, cuando presencié por primera vez el drama en dibujos animados.

La tragedia de un león que muere poco después del nacimiento de su hijo, asesinado por su propio hermano, dejando a su pequeño cachorro en la orfandad y a su esposa viuda.

Por un lado, como se entenderá, este león animado no era un león convencional como ninguno de los personajes, sino que podían hablar, tomando un carácter antropomórfico.

Lo que recuerdo es que fue un momento triste, pero en realidad no el más triste que haya tenido viendo televisión, que recuerde. Por algún motivo en la infancia se suele llorar más.

Luego de ver las escenas tristes de la película animada en cuestión varias veces, llega uno al punto de no sentirse tan triste.

Pienso que no veía la película una y otra vez por la tragedia, por el drama, sino por los simples dibujos que me resultaban atractivos a la vista. La cuestión es que presenciar el trágico y dramático ciclo mortal del papá león animado era parte de la experiencia cuando se quería ver los atractivos dibujos animados.

En realidad no me quejo por el drama en sí, sino por el engaño más bien. Primero, que en términos normales los animales en la naturaleza pueden hablar o conversar entre sí como si fueran humanos. Segundo, en realidad los animales tampoco tienen conductas tan antropomórficas, de modo que un cachorro de león con su limitada capacidad de memoria emocional o sentimental, probablemente habría olvidado a su difunto padre sin problemas; muchos menos se pondría a cantar con un jabalí y una zuricata un tema musical por sencillo que fuera.

Sin embargo, el peor engaño quizás estuvo en que este león se le apareció a su hijo después de muerto entre las nubes. No digo que, en caso de humanos, algo así pudiera ocurrir, por supuesto que regularmente eso sería dependiendo del tipo de sustancia alucinógena que haya consumido. Obviamente, un mandril no pudiera proveer esas sustancias sino que otro humano.

Pienso que la llamada inocencia de los niños, que en realidad sería ignorancia, no es motivo para tratarlos de estúpidos o idiotas.

No me incomoda para nada haber entendido lo que era la muerte desde niño, entender que es el cese de la vida y que las criaturas terrestres mueren. Me incomoda haber sido engañado desde niño con ideas absurdas.

Con el tiempo uno comprende que los animales, cuando mueren, se descomponen y no van al cielo. Por supuesto, algunos gases que formaban parte de este animal pudieran ir al cielo visible, pero el animal en sí termina como un montón de restos hasta que concluye su proceso de descomposición.

También es una realidad, aunque triste, que muchos hermanos humanos se odian y son capaces, incluso, de matarse. Al igual que es una realidad que muchos niños y cachorros pierden a sus padres, sea a uno de los padres o a ambos. Y no, no están en el cielo ni aparecerán en nubes, simplemente están muertos (sin vida).

Pienso yo que en el caso de programas para adolescentes es un poco diferente, pues los adolescentes y adultos comprenden mejor que los niños, ignoran menos cosas. Así que al ver estos programas, sean dibujos animados u otros, probablemente no serán engañados tanto como un niño (aunque hay excepciones, en adolescentes más que en adultos).

En caso de los niños, pienso yo que muchas veces los padres pueden tener mejores historias (reales) que contar que los dramas de cine o televisión. Por supuesto, si han leído antes historias reales.

Incluso, hay personas que pudieran contar historias dramáticas que son reales, quizás alguno nunca haya presenciado la agonía de un ser humano, pero sí ha visto el dramático sufrimiento de un animal antes de morir.

Pienso yo que, muchas veces, la realidad puede ser más trágica que la ficción animada.

Para concluir contaré una breve historia, a modo de ejemplo, aunque pudiera contar muchas historias.

Mi papá una vez me contó una historia muy triste, para un niño. Él tenía una perra que quería, muy vieja ella, y un día dos hombres la llevaron en un camión, y él iba con ellos, y se fueron lejos de la casa, muy lejos, a un lugar casi deshabitado y la soltaron.

Ella trató de correr con todas sus fuerzas, según me contó, detrás del camión, pero el camión simplemente se fue sin que ella pudiera alcanzarlo. Según me contó, él iba en ese camión, recuerdo que me dijo que lloró, pero no se podía hacer nada. No la volvió a ver.

Parece lógico pensar que ella murió sola, abandonada y cansada, lejos de lo que alguna vez consideró su guarida o territorio, lejos de las personas que veía cada tarde y cada mañana. Sonsa, desorientada; como muchos animales y personas en la naturaleza de este planeta cuya crueldad es real como se me dijo que fue la historia que he contado.

No importa cuántas veces se mire a las nubes, a ningún animal que haya muerto lo encontrarás allí. Después de la muerte simplemente va quedando el recuerdo que se aleja cada vez más a razón de la distancia del tiempo que pasó.