Una opinión sobre el trabajo y la salud
El llamado trabajo intelectual pudiera ser perjudicial en la mayoría de casos
El llamado trabajo intelectual no es realmente un trabajo que beneficie la salud mental, no en términos generales, en mi opinión. Por el contrario, pienso que la pudiera empeorar tanto o más que la ociosidad.
Esto no lo digo yo, siempre que se recomiendan actividades para tratar los problemas de salud mental el ejercicio físico suele estar presente. Lo que yo digo, aunque no sé si exagero, es que pienso que el ejercicio o actividad física es mejor que las terapias de relajación u otro tipo de terapias.
Por el contrario, yo catalogaría gran parte del trabajo intelectual que realizan muchas personas (no todo, hay excepciones) como ociosidad.
Sin embargo, también catalogaría algunas actividades físicas como ociosas en el sentido de no reportar beneficios en materia de salud mental. Una de esas actividades sería, con frecuencia, el ejercitarse en gimnasios.
A mi parecer, toda actividad física que sea una especie de juego o estimulante que mantenga muy elevado el ánimo, o que no implique mucho esfuerzo físico o mental, pudiera ser una actividad ociosa que en lugar de mejorar trastornos como la depresión o la ansiedad los agravarían.
Pienso que la mayoría de las personas, con excepción de los muy comprometidos (que son pocos) y, especialmente, los que usan esteroides, no se ejercitan lo suficiente y simplemente van a los gimnasios a pasar un rato animado y pensar que realizaron algo de ejercicio.
Con los años los músculos se desarrollan, gradualmente, así que esto no sería un indicativo adecuado de la efectividad del ejercicio.
Por otro lado, pienso que el ejercicio estimulante muscularmente, pero poco exigente del sistema nervioso no es muy efectivo para mejorar la salud emocional.
Por supuesto, es normal y aceptable que se dude de mi opinión siendo yo un simple hombre. Por ello, recomendaría, a quien le interese, que observe este asunto por sí mismo.
Para que el ejercicio tenga efecto tendría que impactar dos áreas, una la cardiopulmonar y, la otra, el sistema nervioso (lo que más tendría que ver con la salud emocional y con estados de depresión y/o ansiedad). Luego, pudiera impactar a nivel endocrino.
Si el sistema nervioso no es empleado lo suficiente, pienso que lo que se consigue es acumular más tensión. Esto es el resultado de realizar actividades poco exigentes para los nervios.
No se trata de estimular el sistema nervioso al punto de sentir los nervios, sea producto de adrenalina, por ejemplo, sino de estimular los nervios para que trabajen lo suficiente como para que se sientan cansados (y no solamente el cerebro).
Para que los músculos se muevan se requieren los nervios, así que las actividades físicas pueden ser eficientes para lograr estimular los nervios de las neuronas motoras y reducir síntomas producto de la ociosidad.
Los músculos no están tan conectados al cerebro como los nervios, obviamente, porque los nervios son los que conectan a los músculos y otras partes del cuerpo con el cerebro. Es probable que la depresión y la ansiedad sean el resultado de trastornos en el cerebro como resultado de la falta de estimulación adecuada de algunos nervios.
¿Cuáles actividades físicas serían mejores para los nervios? Al aire libre, en entornos naturales, donde diversos sonidos, luminosidades, olores y sensaciones (como el viento, la lluvia, hojas, ramas, espinas) pudieran interactuar con el cuerpo provocando una estimulación más completa del sistema nervioso que en un ambiente monótono limitado.
Estas actividades tendrían que ser, preferiblemente, lo que llamamos cardio de larga duración en terrenos desnivelados, con hojas, arena o piedras, para que los nervios, más que los músculos, sean estimulados de forma adecuada.
Algunas otras formas pudieran tener que ver con el sistema endocrino, que también impactaría los nervios, como, por ejemplo, cuando en las mujeres llega la maternidad y los compromisos que conlleva el cuidado de los hijos.
Finalmente, reitero que esta es una observación y opinión personal, no estoy diciendo que sea el resultado de lecturas de estudios relacionados con el tema. Me parece que una forma de validar este postulado sería verificar si las personas que trabajan en el campo tienen más o menos riesgo de padecer trastornos de ansiedad o depresión en comparación con los que “trabajan” en otras áreas.
No considero que el ejercicio o actividad física pueda sanar en sí a las personas, pero me parece que cambios de actividades en este sentido pudieran cooperar en mejorar su condición emocional.
Es probable que la transpiración también influya en estos temas de salud y bienestar, la piel cuenta con nervios y, además, la transpiración pudiera ser efectiva para eliminar toxinas del organismo.
Espero que esta información sea útil, de alguna forma, aunque comprendo la complejidad de aplicar en la práctica debido a cómo son las cosas en la actualidad. Por ejemplo, un trabajador del campo, un jornalero, no suele ganar tanto como otros empleos.